domingo, 4 de octubre de 2009

A Mi Abuela



Una presencia cándida y tierna
a veces traviesa e impía
solía recorrer el pueblo de
"Los Maquis" de gratificante
verdor campestre, con sus caminos rurales,
con sus acequias y ríos, con sus olores
que contentaban mi espíritu...
Cómo no olvidar tus rezos nocturnos de antaño
cuando envuelto en tus brazos añadías pinceladas
de mágica y sublime afectividad, y sentía tu protección
del desenfrenado y perturbador sonido del "sauce llorón"
que azotaba el zinc.
Cuando sentía tu respiración agitada
en murmullos, para que nadie se desvelara.
La cálida y desolada luz de la vela con su palmatoria,
me indicaba la venidera esperanza de nuestros corazones
invadidos de gratitud hacia tu enorme ternura.

Abuela de mi origen, esencia que llevo junto a mí
abrigo de mi niñez
Rosa creciente
apartada del colonial pueblo
Siempre me ilusionaba todo el año para verte
anhelar la feroz polvareda de papá y su "fito"
Tú siempre esperabas aquel día...
Palpitaban de gozo nuestro corazones
lágrimas de alegría invadían el espectro del misterioso
y enigmático valle.
Siempre estás conmigo
jamás olvidaré tus enseñanzas
y tu humor negro..
Perfecto!

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