El cobijo del alma envuelta en la abisal morfología,
pétrea y anidada en la "explanada" Primera Estación.
Profético soldado aquí depositamos tus ofrendas!!.
El deleite casi religioso y el silencio sacro y omnipotente de la solemne y fraternal vegetación, de un paisaje custodiado
por la abrumante luz de oro.
El Fondo de Valle fundido en la resignación vigilante del
naciente y creciente cauce en ira, que emprende el viaje
hasta los juncales mortuorios.
Nos precipitamos río abajo hacia donde el templo
nos abre sus puertas, invitándonos a presenciar
la más variada diversidad.
El hombre destruye y aprovecha los lugares, la accesibilidad latente¡¡¡¡¡
El regocijo a nuestros pies?????
El cuestionamiento y la reflexión existente,
La sacrílega e irrespetuosa naturaleza.
San Felipe acoge al valle con toda su estrechez,
Llay Llay lo oxigena con su libertaria anchura.
El Almendral y su monte del calvario, castiga nuestra piel
a través del fuego proyectado de sus rocas,
ahuyentando nuestro estudio.
Los frutales adheridos a las texturas rocosas,
forman siluetas geométricas
Alterando lo salvaje del paisaje,
Y el curso natural de las cosas.
La ciudad colonial, las construcciones de abobe,
los sublimes olores campestres circundan mis sentidos
embriagando mi fugaz estadía,
Oh¡ Calma, Oh¡ Quietud.
Finalmente el Cordón de Chacabuco nos hace
presenciar el nacimiento de pequeñas montañas
que dan pie al ocaso de esta travesía junto al cántico
de las gaviotas alteradas por nuestra intrometida e
irrespetuosa presencia!!!
Poesía dedicada al Valle del Aconcagua
y su desembocadura en Con-Con, cuando estuve
estudiando Paisajismo. Nadie más escribió.